Los dos nuevos delanteros del Racing, nuestro próximo rival, son bastante peculiares. Mañana os hablaré de Tchité, pero hoy os presento a Eusebio Smolarek, hijo de uno de los mejores extremos izquierdas de la historia del fútbol del Este, Wlodzimierz Smolarek.
Smolarek fue junto a Boniek la gran figura de Polonia en el Mundial de España 82, al que llegó con sólo 25 años. Sin embargo, aquellas eran otras épocas, y los futbolistas del Este no podían abandonar su país con tanta facilidad. Fijaos si era duras las autoridades que Giovanni Agnelli tuvo que ceder la patente de fabricación de Fiat en Polonia al estado polaco para conseguir el traspaso de Boniek a la Juventus.
Smolarek fue uno de los afectados por la prohibición de traspasar futbolistas, y tuvo que conformarse con emigrar a Holanda ya muy mayor. Una pena, porque hubiera triunfado en España seguro. Allí en Holanda creció su hijo mayor mayor Ebi, llamado así en honor a la "pantera negra" Eusebio, el delantero centro de Portugal en Inglaterra 66, un Mundial que dejó entusiasmado a "Papá" Smolarek, entonces sólo un niño de nueve años.
Ebi Smolarek jugó cinco temporadas en el Feyenoord y de allí se marchó al Borussia de Dortmund, su último destino antes de llegar a España, al Racing de Santander.
Os recomiendo que os fijeis en este futbolista. Aún no está destacando en nuestra Liga, pero es sólo cuestión de tiempo. De momento ha sido uno de los grandes goleadores de la fase previa de la Eurocopa, y está claro que con él se cumple aquello de que "de tal palo, tal astilla".
Os voy a dejar una foto no de él, sino de su padre, el gran Smolarek. Si alguno de los que me leeis vio el Mundial de España, sabrá de qué estoy hablando.
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