La magia de Sant Sebastià

No es la primera vez que el Mallorca juega un partido oficial coincidiendo con la festividad de Sant Sebastià. Ha habido otros precedentes, pero sin duda el más recordado de todos fue la eliminatoria de Copa ante el Tenerife de 1993, en concreto su partido de vuelta, disputado en el Heliodoro Rodríguez López tal día como hoy, un 20 de enero, pero hace ya 17 años.
El Mallorca, que entonces jugaba en Segunda, perdió el partido de ida en el Lluís Sitjar 1-3 ante el Tenerife, que dirigido en el banquillo por Jorge Valdano y en el campo por Fernando Redondo era uno de los mejores equipos de Primera División (fue quinto en la Liga esa temporada) con futbolistas como Dertycia, Quique Estebaranz, Pier, Pizzi, Del Solar y, por supuesto, el propio Redondo, que más tarde se iría al Real Madrid, al igual que Valdano.
Dada la amplitud del resultado de la ida, Llorenç Serra Ferrer desplazó a Tenerife a los suplentes para jugar el partido de vuelta, e incluso completó la convocatoria con varios jugadores del filial, hasta el punto de que el lateral Vasco debutó con el Mallorca, que ese día le dio la alternativa en la portería a un jovencísimo meta de Capdepera llamado Toni Prats.
Pero el fútbol es mágico, no entiende de pronósticos, y el Mallorca alcanzó la recta final del partido ganando 0-2 gracias a los goles de Jose y de Gálvez, con el Tenerife desesperado estrellándose una y otra vez contra un fantástico Prats. A falta de tres minutos para el final, sin embargo, el milagro pareció desvanecerse cuando el argentino Dertycia acertó a batir al meta mallorquín y colocó el 1-2 que daba la clasificación a los de Valdano. Pero el Mallorca sacó de centro, el Tenerife se durmió y en la jugada siguiente Vicenç Sacarés batió a Ochotorena en una jugada combinada que acabó con un centro desde la derecha que remató el jugador de Sa Pobla.
Con todo el Heliodoro Rodríguez asombrado por lo que veía, porque nadie podía imaginarse que el poderoso Tenerife desperdiciaría una renta de dos goles en su propio estadio, el partido se fue a la prórroga, donde los suplentes del Mallorca continuaron su numantina resistencia hasta que, agotados los 30 minutos suplementarios, el partido acabó en los penaltys. Y ahí se impuso la calidad de Toni Prats, que empezó a forjar su luego prolífica trayectoria profesional deteniendo dos del Tenerife y marcando él mismo el lanzamiento definitivo para júbilo colectivo, por supuesto, del banquillo mallorquinista. Habían viajado a Canarias casi de vacaciones y volvían con la clasificación en la mano, en un mágico día de Sant Sebastià de 1993.

P.D. En la siguiente eliminatoria de aquella edición de la Copa el Mallorca se enfrentó por primera vez al Real Madrid. Ganó 2-0 en Palma en el partido de ida, en el que Toni Prats le detuvo un penalty a Fernando Hierro, pero en la vuelta cayó 3-0 en el Bernabéu, los tres marcados por Iván Zamorano, ante un Madrid al que entonces dirigía Benito Floro.