2-0. El equipo da la única alegría del día

En la temporada 99-00 el Atlético de Madrid fue intervenido judicialmente la misma noche en la que jugaba ante el Oviedo. El equipo ganó 5-0. Fue su última victoria de la temporada hasta que se convirtió en carne de Segunda División. Ni Claudio Ranieri primero ni Radomir Antic después lograron que una plantilla con jugadores como Baraja, Valerón, Kiko o Hasselbaink se aislara del escándalo que envolvía al club.
Aquí las circunstancias son diferentes y, al menos de momento, el Mallorca no está en proceso concursal, pero el entorno quizás sea incluso más enrarecido. Pese a todo, Gregorio Manzano está triunfando allí donde fracasaron entrenadores del prestigio de Ranieri o Antic. Ha conseguido meter a su equipo en una burbuja, y sobre el terreno de juego no se nota nada de lo que sucede en los pasillos. Hoy, en una noche fría y tempestuosa, los jugadores dieron un paso al frente y se metieron con brillantez en los octavos de final de Copa. Un diez para la plantilla. Un diez para su cuerpo técnico.
Con una alineación cargada de suplentes pero comprometida con el objetivo, el Mallorca borró al Málaga del terreno de juego y obtuvo una victoria corta pero suficiente. El gol de David Navarro fue la justa recompensa a una primera parte excelente en la que el equipo acumuló oportunidades suficientes como para llegar al descanso con la eliminatoria resuelta, comenzando con un remate al poste de Iván Ramis a los cuatro minutos y acabando con una ocasión increíble de Webó. El balón sólo quiso entrar una vez, pero en el segundo tiempo bastó con mantener el orden para conservar el resultado, pese a que Lux alimentó su leyenda de irregularidad proporcionándole al Málaga su única oportunidad del partido tras otro despeje horroroso tras un saque de esquina que echó fuera con todo a su favor el portugués Eliseu.
El equipo de Tapia estuvo mucho menos metido en faena y acabó pagando las consecuencias, porque cuando quiso entrar en acción ya era demasiado tarde. Acabó entregado a su suerte y confiado en beneficiarse de otro error de Lux que por fortuna esta vez no se produjo. En el descuento, con todo ya decidido, Keita se marcó un carrerón de lujo para batir a Goitia y recordarle a Manzano que él también merece una oportunidad.