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sábado, 17 de mayo de 2008

Apaños: cuando el tiro te sale por la culata


Los apaños son a veces peligrosos, porque el tiro puede salirte por la culata. Lo digo por el Racing-Osasuna, y como ejemplo os cuento un caso muy curioso que se dio en la Liga española hace justo 23 años, en la temporada 84-85.
Betis, Málaga y Hércules llegaron a la última jornada separados sólo por un punto (entonces os recuerdo que la victoria valía dos puntos, no tres). El Hércules tenía 28, el Málaga 28 y el Betis 29. En el último partido Málaga y Betis se enfrentaban en La Rosaleda, mientras el Hércules jugaba en el Santiago Bernabéu ante el Real Madrid, que había hecho una mala temporada, pero que tenía la UEFA garantizada. El entonces presidente del Betis, Gerardo Martínez Retamero, convenció a los directivos del Málaga de que lo mejor que podían hacer era empatar, "porque, ¿cómo va a ganar el Hércules en el Bernabéu?" Antonio Pérez-Gascón, presidente malacitano, cayó en la trampa y picó como un pardillo.
Dicho y hecho. En un espectáculo vergonzoso, Málaga y Betis empataron a uno. Abrió el marcador el Betis, pero muy poco después empató el Málaga. Todavía recuerdo la retransmisión del partido que hizo ese día José María García, que durante toda la semana había insistido en que el resultado estaba amañado. Como así era, por supuesto.
Pero lo que no entraba en los cálculos de nadie, sobre todo del Málaga, era que el Hércules no estaba dispuesto a ejercer de convidado de piedra. A los 83 minutos de su partido en el Bernabéu, el argentino Sanabria marcó el 0-1. En una época en la que ganar en La Castellana era poco menos que tarea imposible para los clubes pequeños, aquello sí que no se lo esperaba nadie.
El 0-1 del Hércules descendía al Málaga, que se quedó sólo con un margen de unos siete minutos para marcar un segundo gol al Betis. Por aquel entonces, Gerardo Martínez Retamero ya había abandonado el palco, aprovechando un descuido, y Pérez-Gascón le buscaba en vano. Había caído en la trampa porque, por supuesto, el Betis estaba bien aleccionado en el supuesto de que el Hércules ganara en el Bernabéu, y se cerró a cal y canto para defender un empate que le daba la permanencia en Primera.
Fue algo increíble, y es una lástima que no existan archivos sonoros, porque los lloros del presidente del Málaga por la noche con José María García no tuvieron desperdicio. Retamero, por supuesto, estuvo "ilocalizable", en una época, además, en la que los móviles ni siquiera existían.
Aquel Málaga-Betis es un ejemplo que debería recordar Osasuna si no quiere ser víctima de una situación similar. Porque mi pregunta es: Si en Palma el Mallorca-Zaragoza va 0-0, ¿consentirá Osasuna jugar sobre el alambre y no ir a por el 0-1 en Santander? Sinceramente pienso que no.

P.D. El de la foto, por supuesto, es Gerardo Martínez Retamero, un "galáctico" de los chanchullos que demostró ese día que un partido también puede ganarse muy lejos de los terrenos de juego.

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