3-0. El Mallorca pasea su impotencia como visitante en San Mamés

Transcurridos dos partidos como visitante, la evidencia pesa sobre el Mallorca como una losa. Atrás el equipo ofrece garantías suficientes, pero de medio campo hacia adelante es un muerto viviente. Ni en Gijón primero ni en Bilbao después ha sido capaz de ofrecer la menor sensación de peligro, y se ha convertido en el enemigo perfecto para cualquier defensa. Cavenaghi ni está ni se le espera, Castro es una sombra del que era el año pasado, De Guzmán interviene poco y Pereira y N'Sué están demasiado verdes. No resulta fácil explicar la mutación que sufre esta plantilla cuando atraviesa el charco, pero los síntomas comienzan a ser preocupantes.
El Athletic no necesitó fabricar nada especial para ganar el partido y para imponerse a un rival estéril. Es cierto que sus dos primeros goles fueron irregulares, el 1-0 producto de un churro y el 2-0 tras un penalty inexistente, pero del primer al último minuto ni un solo espectador en San Mamés temió por el resultado. De una forma o de otra era imposible que los puntos se escaparan del estadio.