La esperpéntica historia de Luis García

Como viene el domingo el Espanyol con Luis García, creo que es una historia que os gustará conocer. A mí me parece una de las más esperpénticas de la historia moderna del Mallorca. Os la cuento.
Estamos en el verano de 2004 y el Mallorca acaba de traspasar a Eto'o al Barça. Lógicamente, es imprescindible buscar un sustituto de nivel, pero el club, como siempre, está tieso y tiene poco dinero. Luis Aragonés, entonces todavía entrenador, propone el nombre de Raúl Tamudo, al que considera el delantero ideal. El problema, claro, su precio.
Las negociaciones con Tamudo no llegan ni siquiera a iniciarse porque Luis se marcha del Mallorca a la selección tras el fiasco de Iñaki Sáez en la Eurocopa de Portugal. Mateu Alemany tiene que buscarle un sustituto de prisa y corriendo. A la criba final llegan dos candidatos, en esos momentos sin equipo: Juande Ramos y Benito Floro. Gana Floro, avalado por su trayectoria reciente en el Villarreal.
Con la llegada de Floro el tema Tamudo se archiva. Al nuevo entrenador el jugador que más le gusta es el brasileño del Celta Edú, por el que su club pide 800 millones de pesetas. En este caso el Mallorca sí entra en negociaciones, pero se encuentra con una competencia con la que no puede, la del Betis. Lopera paga los 800 kilos y se lleva al jugador.
Mateu Alemany reactiva entonces un fichaje que tenía en la recámara, el del asturiano Luis García, un jugador muy joven que acababa de debutar en Primera con el Murcia, y que procede de la cantera del Real Madrid. Sale caro, porque se pagan casi 500 millones de pesetas, pero es una apuesta personal del presidente. El entrenador, resignado porque no ha conseguido a Edú, que era su gran objetivo, lo acepta.
Luis García firma una buena temporada con el Mallorca (estamos hablando de la 2004-05), aunque lógicamente debe enfrentarse a ser comparado con un megacrack como Samuel Eto'o. Marca ocho goles y es casi siempre titular, pero de manera sorprendente, en la recta final de la Liga, cuando aquella famosa remontada ante el Levante, Héctor Cúper, que había sustituido a Floro, le deja en el banquillo. La temporada la acaban como delanteros titulares el japonés Okubo y el mallorquín Víctor.
Cuando finaliza la Liga y el Mallorca se salva, Cúper tiene claro que su prioridad es un delantero centro alto y con mucho cuerpo. El ya lo ha elegido: Bernardo Corradi, todavía propiedad del Valencia. A todo eso, el mes de junio nos trae un cambio institucional importantísimo: Grande se hace con la mayoría de acciones, comprando las de Miguel Dalmau y otros consejeros, y se autoproclama presidente, dejando fuera del mando a Mateu Alemany.
Atrapado por su pública devoción hacia Cúper, Grande ordena al nuevo secretario técnico, Nando Pons, que haga todo lo que pueda para fichar a Corradi. El italiano es un jugador caro, muy caro, y para comparlo es imprescindible obtener dinero. Solución: poner en el mercado a Luis García, con el que Cúper deja claro que va a contar poco.
El Espanyol, atento, advierte que está ante una oportunidad única. Por tres millones de euros, casi lo mismo que había pagado el Mallorca al Murcia un año antes, se hace con un delantero que de inmediato le da rendimiento. Hoy, cuatro temporadas después, Luis García es sin duda el jugador más cotizado del Espanyol, que ya ha rechazado ofertas multimillonarias del Valencia y del Benfica.
Mientras tanto Corradi, finalmente, decide que no acepta la oferta del Mallorca y, a pocos días de que expire el plazo de fichajes, el club se encuentra sin delantero centro. Al final ficharía a dos en el último día hábil....a Yordi y a Choutos.
Una historia esperpéntica, porque el Mallorca no sacó prácticamente ni un euro de beneficio de Luis García, pero que demuestra lo poco razonable que es darle el poder de decidir las altas y bajas al entrenador. Si el club se hubiera puesto fuerte, quizás el Mallorca hubiera podido disfrutar, al menos un año más, de Luis García, pero así se escribió entonces la historia, y desde aquel día lo que sí ha hecho Luis García es marcarle un gol tras otro al Mallorca, los dos últimos la pasada temporada en Montjuic.